“El Hospital Sant Joan de Déu es un entorno privilegiado que nos ha permitido llevar a la clínica las ideas desarrolladas en el laboratorio”
¿Qué logros de tu grupo de investigación destacarías?
Durante estos últimos años hemos conseguido llevar a la clínica, en forma de ensayo clínico fase 1, dos fármacos nuevos para el cáncer pediátrico. Esto ha sido posible gracias al trabajo conjunto y coordinado con nuestros colegas clínicos del Hospital Sant Joan de Déu, que han tenido la visión y la iniciativa para llevar adelante estos proyectos tan arriesgados y costosos. Habitualmente es muy difícil poder llevar hasta fases clínicas las ideas nacidas en un laboratorio, así que nuestros logros los considero excepcionales. El hecho de haber completaado el camino de un nuevo tratamiento, desde el primer ratón hasta el primer paciente, nos hace sentir muy orgullosos. A la vez, mantenemos la cautela y el espíritu crítico ante nuestros posibles avances, porque es ahora durante los ensayos clínicos cuando se demuestra si el tratamiento nuevo tiene valor terapéutico real, y si es seguro para los pacientes. Esta es una oportunidad que debemos aprovechar porque disponemos de los medios necesarios y el apoyo de los donantes, los equipos médicos y la institución, para realizar los ensayos clínicos. Nuestro trabajo es además avalado por importantes publicaciones científicas y premios internacionales que nunca antes había obtenido un laboratorio español.
¿Cómo definirías el objetivo de vuestra investigación?
Mi objetivo principal es que el laboratorio no solo sea académico, sino que vaya más allá y que persiga objetivos de carácter más traslacional y clínico. Actualmente mi equipo está formado por ocho investigadores y todos tenemos como objetivo trabajar para que nuestra investigación avale el diseño de un ensayo clínico que beneficie a pacientes pediátricos de cáncer de mal pronóstico. Para nosotros es un estímulo poder ver que uno de nuestros proyectos tiene una translación factible y útil para el paciente.
¿Nos podrías poner algunos ejemplos de esta traslación a los pacientes?
Ahora mismo tenemos en marcha un ensayo clínico fase 1 para niños con retinoblastoma, un tipo de cáncer del ojo. Los pacientes son tratados con un virus del resfriado, modificado genéticamente por nuestros colaboradores de VCN Biosciences, que solo ataca las células tumorales. Gracias a este ensayo podemos disponer de una nueva oportunidad para tratar niños que ya no respondían a los tratamientos convencionales y que muy probablemente quedarían ciegos. Otro caso es un ensayo clínico en tumores cerebrales de mal pronóstico donde hemos desarrollado una terapia basada en vacunas (inmunoterapia), junto con colegas del Hospital Sant Joan de Déu Barcelona y el Hospital Clínic. Ambas son terapias avanzadas en las que hemos hecho uso de organismos genéticamente modificados o células del propio paciente. Esto añade una dificultad extra a nuestro trabajo, ya que deben seguirse reglas y leyes mucho más estrictas y debemos ser aún más cuidadosos en el desarrollo de toda la experimentación. De hecho, muchas veces necesitamos instalaciones especiales externas a nuestro centro.
La colaboración internacional es otra característica de vuestro grupo. ¿Cómo os habéis labrado este prestigio?
Nuestro equipo de investigación es fuerte en el modelaje de la enfermedad, tenemos expertise en los modelos animales y celulares para los tumores pediátricos y esto nos ha llevado a ser reconocidos internacionalmente. Muchos grupos internacionales se acercan a nosotros para llevar sus investigaciones a la clínica, ya que disponemos de las mejores herramientas para lograrlo y además las ponemos a disposición de todos los investigadores.
Este posicionamiento a nivel internacional también ha estimulado que varias compañías farmacéuticas nos soliciten colaborar para facilitar el diseño de ensayos clínicos pediátricos. Para nosotros esto es una oportunidad que debemos aprovechar. Las compañías farmacéuticas son capaces de hacer una gran inversión en el desarrollo de un fármaco, y nosotros debemos aprovecharla y llevarla hacia nuestro beneficio. Debemos ir de la mano con ellas para poder acelerar las pruebas pediátricas de nuevos fármacos que se están desarrollando para el cáncer del adulto, siempre que sean científicamente pertinentes y clínicamente relevantes.
¿Qué retos os depara el futuro? ¿Hacia dónde trabajáis?
Trabajamos para conseguir que los nuevos descubrimientos que van ligados a enfermedades de mal pronóstico puedan trasladarse a la clínica. Al mismo tiempo, queremos ser capaces de identificar una pregunta clínica y trabajar en el laboratorio para encontrar respuestas. Por ejemplo nos preguntamos qué características únicas presentan los tumores incurables, por qué algunos pacientes necesitan tratamientos agresivos, o por qué los pacientes han recaído y no responden al tratamiento. Estas preguntas clínicas nosotros las afrontamos con proyectos que les den respuestas. Y pretendemos devolver estas respuestas a los pacientes actuales, o a los que vendrán. En definitiva, nos mueve el deseo de dar nuevos pasos hacia adelante para mejorar el tratamiento de nuestros pacientes más vulnerables.