"Hacer investigación nos permitirá cambiar el paradigma de la cardiología pediátrica que estamos haciendo y ser referentes dentro de este campo"
¿En primer lugar nos podrías presentar el grupo de investigación en líneas generales?
Nuestro grupo se gestó dentro del Servicio de Cardiología del Hospital Sant Joan de Déu Barcelona y actualmente está formado por tres líneas de investigación principales. La primera centrada en las arritmias y la muerte súbita y la lidera la Dra. Georgia Sarquella. La segunda, liderada por mí, estudia el impacto de la cardiopatía congénita en el desarrollo de los bebés, y más concretamente en su neurodesarrollo. Y después tenemos una tercera línea centrada en estudiar cuál es la repercusión cardiológica de las enfermedades sistémicas, como la sepsis, las infecciones víricas, etc.
Centrándonos en la línea de cardiopatías congénitas. Recientemente habéis obtenido una beca FIS (Fondo de Investigaciones Sanitarias), ¿qué nos puedes decir?
Gracias a esta financiación podemos estudiar con más detalle cómo afecta la cardiopatía congénita al desarrollo cerebral de los bebés y qué impacto tiene esto a largo plazo; con el objetivo de disminuir su lesión cerebral y las secuelas asociadas.
A lo largo de los años hemos podido observar que los pacientes con cardiopatías presentaban un cerebro inmaduro en el momento de nacer. Sabemos que esta inmadurez está asociada tanto a factores genéticos, como a problemas en la distribución de los flujos de sangre y la oxigenación cerebral durante la época fetal. Pero además, estos niños y niñas una vez han nacido ingresan en las UCIs y los operan para corregir los problemas del corazón. Todas estas situaciones vividas por los niños tienen un gran impacto en el cerebro.
Aunque esta beca FIS está centrada en una época muy concreta, limitada a la cirugía cardíaca y su posterior recuperación en recién nacidos, nuestra idea es poder comprender un periodo mucho más amplio e intentar implicar a todos los actores de la cadena asistencial de estos pacientes.
En este proyecto combinaréis una parte más clínica y otra de experimental, ¿qué estudiaréis en cada caso?
Durante la parte clínica, es decir aquella que haremos con nuestros pacientes, analizaremos que les pasa. Lo haremos a través de la recopilación de una serie de indicadores clínicos, como: su función cerebral, la actividad eléctrica, los factores de maduración cerebral, etc. Nuestra idea es empezar a monitorizar estos niños en la época fetal a través de estos indicadores, hacerlo cuando nazcan, durante y después de la cirugía. Todos estos conocimientos los complementaremos con una parte de investigación experimental.
En relación con esta, perseguimos poder emular en el laboratorio lo que pasa durante la práctica clínica, con el objetivo de buscar soluciones terapéuticas. Para hacerlo posible, nuestro equipo ha tenido que crear un nuevo modelo animal para intentar reproducir todo lo que le hacemos al paciente en unas condiciones controladas. Y así poder modificar diversas condiciones y factores asociados a la cirugía y al tratamiento.
¿Así que no existía un modelo animal para cardiopatías pediátricas?
Existen modelos animales para adultos, pero no el modelo pediátrico, ya que hasta ahora era poco viable. Esto nos limitaba poder reproducir lo que les hacemos a los niños, en animales pequeños y pediátricos.
Por este motivo, antes de empezar la parte experimental de nuestro proyecto, teníamos que ser capaces de crear un modelo animal pediátrico funcional. En este momento hemos conseguido ser capaces de canular e intubar nuestro modelo, y ahora estamos analizado cuál es su respuesta a la circulación extracorpórea.
Una vez tengamos todo esto, deberemos valorar su viabilidad. Y si conseguimos que todo nos salga como esperamos, tendremos el primer modelo animal pediátrico para cardiopatías congénitas. Gracias al cual podremos estudiar nuevas estrategias terapéuticas, intervenciones, medicamentos, etc.
¿Qué os aportará la investigación al laboratorio vuestra tarea asistencial?
Nos lo aportará todo. Hacer investigación nos permitirá cambiar el paradigma de nuestra especialidad. Hasta ahora nuestra tarea asistencial se basa en lo que nos dice la experiencia o está escrito en libros y artículos. Pero con la investigación pasaremos a dictar nosotros cuáles son las pautas a seguir en nuestra especialidad: crear nuevos tratamientos, nuevas formas de monitorizar a los pacientes, nuevos horizontes en las terapias, etc.
En estos momentos nuestro servicio es un referente clínico, somos expertos en el manejo de los pacientes, pero queremos ir más allá y profundizar en el funcionamiento de las patologías, entenderlas mejor y buscar nuevos tratamientos.
En definitiva, mejorar nuestra práctica clínica y ser referente dentro de nuestro ámbito de conocimiento, la cardiología pediátrica.
¿Cuál es la principal barrera que tenéis que superar para continuar avanzando en investigación?
Básicamente, nuestro gran problema es la falta de tiempo, originado por la gran carga asistencial que tenemos. Por este motivo conseguir esta primera beca FIS ha sido para nosotros un primer paso. Gracias a esta financiación y otra de fondos privados, hemos podido dar un primer impulso en la investigación. Todos estos factores nos han permitido poder contratar gente que dedique toda su jornada laboral a investigar y de esta forma paulatinamente podremos ser más competitivos en esta área.
Por otro lado, también hemos incorporado la actividad de investigación como una rutina más dentro de nuestro servicio. Por ello las personas que realizan rotaciones con nosotros, los residentes, etc. tienen la obligación de desarrollar proyectos de investigación.
Progresivamente estamos intentando cambiar esta cultura 100% asistencial, a una cultura clínico-investigacional. En definitiva, incorporar la investigación a nuestro día a día.
Podéis conocer más sobre el trabajo del Dr. Joan Sánchez de Toledo en la Memoria Solidaria 2018 del Hospital Sant Joan de Déu Barcelona, página 27.