Demostrada por primera vez la acumulación en el microambiente tumoral de un fármaco vehiculado en nanopartículas dirigidas contra un tumor pediátrico
Los investigadores unieron un anticuerpo anti-GD2, el 3F8 (desarrollado por uno de los coautores del estudio, Nai-Kong V. Cheung, del MSKCC), en la superficie de unas nanopartículas poliméricas cargadas de un potente fármaco antitumoral denominado SN-38. Los autores demostraron la acumulación selectiva de SN-38 en neuroblastomas ricos en GD2.
"La principal aportación de nuestro estudio fue demostrar fehacientemente que el anticuerpo anti-GD2 era capaz de dirigir el fármaco a un tumor con la diana apropiada", comenta Angel Montero Carcaboso, director del estudio. "En mi opinión el campo de la nanomedicina carecía hasta ahora de recursos técnicos adecuados para realizar este tipo de estudios, y esta carencia la admiten incluso las agencias reguladoras que evalúan estos nuevos fármacos. Cuando una nanomedicina se administra en la sangre, el fármaco comienza a liberarse de su nano-vehículo, y una vez liberado puede unirse a proteínas del plasma o permanecer libre. Sin embargo, se cree que solo la fracción libre es responsable de la actividad una vez llega al microambiente del tumor. Analizar una muestra de sangre o de tumor y saber si el fármaco ha sido liberado o no de la nanomedicina era hasta ahora un reto técnico, que nosotros hemos afrontado usando la técnica de la microdiálisis intratumoral. En este estudio pusimos sondas de microdiálisis dentro de tumores humanos implantados en ratón y así demostramos que las nanopartículas unidas al anticuerpo anti-GD2 prolongaron la distribución de SN-38 libre en el microambiente tumoral. Ese efecto no se producía cuando uníamos un anticuerpo diferente a la nanopartícula".
El primer autor del estudio fue Carles Monterrubio. "Gracias a nuestro colaborador Alejandro Sosnik de Technion desarrollamos y caracterizamos las nuevas nanopartículas e incluso pudimos contar cuántos anticuerpos se unieron a cada una de ellas: siete", dice Monterrubio. "Esto era prácticamente imposible hasta hace poco tiempo porque no existía la tecnología para poder contar las nanopartículas".
La investigación en Sant Joan de Déu fue financiada por la Fundación Científica de la AECC, la Fundación BBVA, el Ministerio de Economía (SAF2011-22660 y PRI-AIBAR-2011-0977), el programa Marie Curie (PIRG-08-GA-2010-276998) y el Instituto de Salud Carlos III – FEDER (CP13/00189).
* Foto: Las células del neuroblastoma (teñidas en azul) producen grandes cantidades de GD2 (en verde) en su superficie. Foto de Carles Monterrubio (Insitut de Recerca Sant Joan de Déu).